miércoles, 10 de julio de 2013

VERANO






Hubo un verano antiguo
con olor a cloro y a sandía,
que me tuvo andando de tu mano
con el paso perezoso
de los que no sufren de esperas.

Con el otoño olvidé
que fuiste un cataclismo,
diapasón tus pasos
que marcaran el ritmo de mis venas,
tu nombre, una oración
en las horas densas de la siesta.

Me marché pensando estar intacta.
Se me llenó la vida
de atajos, de apeaderos,
de pértigas y manos.
Profundos como bosques los amores,
 rumorosas las tardes de colmena,
pasiones afiladas,
rutinas, espléndidas mañanas,
desencuentros,,,
Y un día,
después de tanto tiempo,
cuando voy a partir con la navaja
aquel fruto que encerraba los veranos,
echo en falta de repente
el tímido rubor de la mejilla,
el inexperto beso,
el temblor de la piel en la caricia.
La rotunda calidez de tu mirada.

3 comentarios:

Graziela dijo...

Refrescante imagen para ilustrar aquellos veranos, llenos de color y sensanciones recién estrenadas.
Muy evocador.

Juan Calderón Matador dijo...

Querida Cruz, cada vez me gusta más tu poesía. Precioso este poema y el anterior del embarazo. Besos

Marcos Callau dijo...

Qué hermoso llegar y encontrr tus versos, Cruz. Te admiro. Besos.