Despierta estoy, amor, para quererte,
mi cuerpo todo, tenso por la espera,
convertido mi tiempo en primavera,
marchando los relojes a tu suerte.
Sólo amanece el día para verte,
para sentir tu mano en mi cadera,
para buscar a ciegas la manera
de vivir a tu lado y no perderte.
Deja que sea mi boca tu locura,
el refugio secreto de tu vida,
el ansia de tu sed y tu aventura.
Deja que me derrita en calentura
y me derrame en nieve derretida.
Déjame estar pegada a tu cintura.
5 comentarios:
¡PEDAZO DE SONETO!
Muy bonito y sensual.
Javier
Precioso soneto, muy apropiado para trasmitir algo tan íntimo, lo que tus versos quieren decir
Bonito, bonito, como nos tienes acostumbrados. Besos
Como no se como comentar algo tan hermoso, incluyo un parrafo de Garcilaso de la Vega.
Soneto XXIII
En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende el corazón y lo refrena
Cruz es precios. Me encanta y cuanto más los leo, más me gusta.
Este verano te estás superando. Te ha quedado redondo.
Felicidades y nos estás empezando a acostumbrar mal con tanta actividad. Se ve que Portugal te ha cargado las pilas.
¿Que siga la racha!
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